Relaciones: mantener viva su relación mientras cuida a un niño físicamente discapacitado

Las relaciones pueden ser difíciles en las mejores circunstancias. Seamos realistas, pocas personas encuentran una pareja con la que nunca estén en desacuerdo o se sientan frustrados. Agregue las irritaciones diarias del trabajo, las finanzas y las tareas requeridas para mantener el hogar en funcionamiento y el estrés puede ser abrumador.

Pero ese estrés se puede multiplicar muchas veces si además de esas frustraciones estás cuidando a un niño físicamente discapacitado. Estos niños son muy únicos y especiales. Debido al cuidado especial que les brindamos, naturalmente desarrollamos un amor profundo y creciente por estos niños amorosos.

Aun así, el trabajo requerido que implica brindar cuidado y atención especiales a los niños con discapacidades físicas puede resultar en el agotamiento de nuestro tiempo, energía y, en algunos casos, incluso de nuestros recursos. Desafortunadamente, un efecto secundario de esto puede ser la falta de atención a la relación marital.

De hecho, en algunas familias uno de los miembros de la pareja puede llegar a ponerse celoso de la atención que se prodiga al niño. Si te preguntas por qué la razón es simple; como el cónyuge da tanto de sí mismo en el cuidado del niño, poco queda para el cónyuge.

Obviamente, esta es una receta para el desastre. Para que una relación crezca y mejore con el tiempo, requiere trabajo y atención. Si bien es cierto que se debe dedicar mucha atención al niño, es de vital importancia que no se descuide la relación.

Si se encuentra en una situación así, hay maneras de hacer tiempo para su relación y cuidar a su hijo de manera adecuada. Una sugerencia es que encuentre un amigo o pariente en quien pueda confiar y que comprenda el cuidado único que su hijo requiere. Pídale a esa persona que lo ayude simplemente observando a su hijo durante algunas horas periódicamente.

Incluso si solo pueden alejarse el tiempo suficiente para salir a disfrutar de una buena comida, solo ustedes dos, les permitirá concentrar toda su atención el uno en el otro. Planifique con anticipación y acuerde que sus conversaciones no se centrarán en su hijo, sino que este será su tiempo libre.

Si no tiene a nadie en quien confíe para dejar a su hijo, entonces usted y su cónyuge deberán ser más creativos. Tal vez puedas planificar al menos una o dos noches a la semana para reestructurar tu horario. Esto puede requerir quedarse despierto más tarde de lo habitual o levantarse más temprano de lo normal.

Si su hijo asiste a la escuela o a la guardería, intente almorzar juntos siempre que sea posible. Es imperativo que ambos miembros de la pareja brinden atención al niño. Eso significa que las tareas deben ser compartidas.

El simple hecho de ser socios en el cuidado especial proporcionará un efecto de unión. Sin embargo, puede ser conveniente repartir las tareas a medida que las comparte para darse un respiro. Esto depende totalmente de usted y su cónyuge. El punto es que debes encontrar una manera de usar esto como una oportunidad para fortalecer tu relación en lugar de debilitarla.

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