Mi estilográfica es lisa y pesada. Es de piedra y lleva años conmigo, en las buenas y en las malas. Sabe cuándo ser atrevida y cuándo delicada; sabe cómo deslizarse por la página, dejando tras de sí su precioso rastro de tinta. Y eso es como las sillas de ruedas: a veces pesan, pero siguen su camino sin quejarse.
Estoy en silla de ruedas
Quizá se haya dado cuenta de que voy en silla de ruedas. Las sillas de ruedas son habituales, y las pueden utilizar personas con discapacidad y otros colectivos que las necesitan para desplazarse.
Las sillas de ruedas son herramientas útiles para desplazarse: ¡yo uso una todos los días para ir de un sitio a otro!
Tal como eres, querido amigo
He escrito un poema a las sillas de ruedas,
porque son útiles y no perfectas.
Pueden ser incómodas, difíciles de usar, caras y pesadas.
Pero tengo un juego de ruedas diferente
Las sillas de ruedas son un gran invento. Ayudan a las personas discapacitadas a desplazarse y a ser independientes.
Hay muchos tipos diferentes de sillas de ruedas, fabricadas con muchos materiales distintos, con muchas formas y tamaños diferentes. La que utilizas puede haber sido diseñada especialmente para ti, o puede ser una adaptación de un diseño ya existente que funcione igual de bien para tus necesidades.
Lo mejor de utilizar una silla de ruedas es que, cuando alguien te ve en ella, sabe exactamente con qué tipo de persona está tratando, y eso puede marcar la diferencia a la hora de conocer gente nueva.
Mis ruedas son de piedra.
La piedra es un buen material para las ruedas. Es fuerte, pero puede atascarse en el barro o la arena. Es pesada, pero a mí no me importa porque ya voy en silla de ruedas y no tengo que cargar con peso extra.
Además de como rueda, la piedra tiene muchos otros usos: es un buen pisapapeles y un buen tope para puertas.
La piedra es un material excelente para las ruedas
La piedra es un material excelente para las ruedas. Es resistente, natural y tiene una larga vida. Las ruedas de piedra duran para siempre porque son pesadas y no pueden ser destruidas por el agua o el fuego.
La piedra también es perfecta para hacer chimeneas, muy útiles cuando hace frío. De hecho, si alguna vez has visto fotos de la Edad Media en las que la gente vivía en castillos o casas antiguas con gruesos muros hechos de bloques de piedra apilados unos encima de otros sin argamasa entre ellos (puedes ver este tipo de construcción incluso hoy en día), ¡entonces sabrás lo resistente que puede llegar a ser!
Dura para siempre, pero no siempre bien.
No eres una piedra. Eres un usuario de silla de ruedas, y lo sabes porque tienes una silla que te permite moverte e ir a sitios. Pero, a diferencia de la piedra, tu silla no dura para siempre, y a veces no dura bien.
La piedra es pesada y difícil de romper; puede caerse sobre tu pie o aplastarte los dedos si alguien la deja caer desde muy alto (cosa que ha ocurrido). La piedra no siempre se mueve con facilidad; otra persona tiene que hacer un esfuerzo para llevarme en mi silla de ruedas, porque necesitamos rampas y ascensores para que pueda llegar a donde quiero sin tener problemas para llegar yo misma. Y por último: aunque me encanta poder sentarme siempre que quiero sin preocuparme de cuánto tardaré en volver a tener dolor de espalda después de estar todo el día de pie… la verdad es que: ¡a veces sentarse tampoco es cómodo!
A veces se llena de baches.
A veces el camino no es llano. A veces está llena de baches. Y a veces esos baches son tan profundos que no se puede pasar por encima, ¡hay que rodearlos!
Los baches son peligrosos para todos, pero especialmente para las personas en silla de ruedas, que no pueden sortearlos con la misma facilidad que otros. Por eso, cuando un usuario de silla de ruedas se encuentra en su camino con uno de estos traicioneros obstáculos, ¡puede causarle cierta pena y estrés! A veces podemos evitar estos obstáculos tomando otra ruta (si la hay), pero otras veces simplemente no tenemos más remedio que pasar por estas zanjas a pesar de sus peligros, porque forman parte de lo que compone la vida actual: impredecible y emocionante a veces; desafiante otras…
A veces se atasca en el barro.
Las sillas de ruedas no están hechas para atravesar el agua, ni la arena, ni mucho menos la nieve. Es una vida dura para un usuario de silla de ruedas cuando te quedas atascado en una carretera embarrada o te hundes en un centímetro de barro porque alguien ha aparcado su coche sobre una de tus ruedas.
A veces se ensucia, y a veces la luz cae a través de él.
A veces se atasca en el barro, pero no siempre.
Dura para siempre, pero no siempre bien.
No le importa lo que le pase ni lo que pese.
Sigue su camino sin importarle lo que piensen de él o de cualquier otro aspecto de su existencia.
A la piedra le da igual lo que le pase o lo pesada que sea; sigue su camino.
Hay muchos tipos de piedra, pero la más utilizada para las ruedas es el granito. Es duradera y estable, lo que la hace perfecta para soportar el peso de una persona a lo largo del día. Pero este material tiene sus inconvenientes: a veces la piedra se atasca en el barro o la suciedad; a veces la luz la atraviesa (y entonces hay que cambiar la silla de ruedas).
La piedra tiene sus defectos, no es perfecta, pero sus imperfecciones tienen algo de hermoso. La forma en que se mantiene fuerte incluso cuando las cosas se ponen difíciles; cómo sigue avanzando incluso cuando otras cosas dejan de funcionar; cómo nada puede quebrar su espíritu… ¡estas cualidades me hacen pensar en todo tipo de personas que siguen adelante a pesar de sufrir grandes dificultades o reveses a lo largo de su viaje por la vida!
Mi silla de ruedas es una amiga fiel. Me ha ayudado a viajar por todo el mundo y a hacer cosas que nunca creí posibles. Pero a veces puede ser difícil desplazarse en ella, sobre todo si no hay suficientes rampas o personas en las aceras que puedan ayudarme a subir una pendiente. Y a veces siento que mi silla de ruedas me impide hacer cosas con más facilidad que otras personas con los pies.